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Compartir nuestro tiempo para leer con ellos en voz alta.
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Servirles de modelo como lectores. Si nos mostramos como lectores
es muy probable que seamos un modelo a seguir.
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Llevarlos a las distintas actividades culturales y bibliotecas de
nuestra ciudad. Se organizan actividades de lectura (cuentacuentos, teatros…) casi todos los sábados en las bibliotecas de
nuestra ciudad.
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Darles autonomía para que ellos elijan los libros, que los disfruten
a su ritmo.
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Limitar el tiempo que pasan delante del ordenador y de la
televisión.
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Utilizar las situaciones que se nos presenta en la vida cotidiana
para animarles a leer: catálogos, carteles, periódicos, recetas….
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Crearles una biblioteca personal en casa, para que vayan
recopilando y guardando aquellos libros que marcarán su infancia.
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